15 diciembre 2006

Mindundi

Dicen que las desgracias nunca vienen solas.




Junto a la lumbociatalgia horriblemente dolorosa, he tenido que sufrir una pérdida muy dolorosa también. Nuestro hamster ruso, Mindundi, se quedó dormido en su casita, pero para siempre.

Al principio alimenté la esperanza de que estuviese hibernando por el frío, pero no hubo manera de despertarlo.

Nunca lo olvidaremos, porque era una monada, y porque desde su llegada, casi todo lo que tenemos se llama así, la Nintendo DS se "llama" MindundiDS, la Wii se llama Mindundii... es que somos así de tontos.




Ahora es cuando más valor le damos a un regalo navideño de Manuel, una ampliación fantástica de Mindun, que hasta ahora no habíamos tenido tiempo de enmarcar (porque somos unos vagos) y que nos servirá para recordarle todos los días un poquito, correteando en su bola, metido en un yogur, o dando por saco por las noches, con la ruedecilla o mordiendo los barrotes.





Espero que, dónde quiera que esté, sea como Ratónpolis.

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