16 octubre 2010

Lactarius deliciosus

Como Martín me da envidia, con lo ajetreada y divertida que es su nueva vida alemana, he decidido demostrar que la mía tampoco está mal.

Y para empezar, me he ido con mis padres y mi hermana a por "hongos", como se llaman por aquí, o rebollones, o níscalos, como se llaman por otras latitudes.


Eso sí, el monte parecía Carretería, de la gente que había, la mayoría valencianos, con sus hoces, que parece que se van a segar...

El día que aparezca el Seprona, va a ser una risa...

(Editado: enlace en Carretería, para que se enteren los suecos...)

2 comentarios:

Sergio Santa dijo...

Carreteria?? es una palabra conquese?

Que pena que no este allí para que me des unos cuantos, como siempre...

Anisakis dijo...

Jo, eso si que me da envidia, me está entrando hambre de comer níscalos!!!